jueves, 6 de abril de 2017

Jueves de citas #111

Esta es una sección en la que les voy a poner todas las citas que saco de algún libro en especifico. Tengo la manía de copiar todas las frases que me gustan, que me llegan que me hacen sentirme bien. 

Esta semana decidí ponerles las citas de:

Arde la vida


Citas:

No nos dejamos sufrir, no nos dejamos esperar, no nos dejamos sentir, no nos dejamos cambiar una y millón de veces, no nos dejamos soltar, no nos dejamos soñar. Que la utopía sirve para caminar, dijo Galeano. Y para eso sirven también los sueños. Que no todos los sueños se van a cumplir, y qué importa. ¿Por qué no nos dejamos soñarlos igual? 


Lo poquito que entiendo de la vida es por leer libros. 


Soltar duele. 
¿Y sostener lo insostenible? 


Hay dos mundos, cuenta la leyenda. El del derecho y el del revés. Los del derecho odian a las personas que habitan el del revés. En el mundo del revés no existe el odio. 
Son gente extraña los ciudadanos del mundo del revés. Apenas usan los celulares, y cuando hablan se miran a los ojos. Aceptan las diferencias, y cuestionan las igualdades. 
Los locos andan sueltos, y son las personas más interesantes. No existen los programas de chimentos, porque cada ser anda entretenido con su vida. Hay leyes en el mundo del revés. Son simples, y se cumplen. 
Artículo 34: Prohibido comer chocolate pensando en las calorías. 
Artículo 15: Prohibido asistir a eventos “de compromiso”. 
Artículo 12: El Gobierno federal no sostiene ningún culto. Puede usted creer en lo que quiera. 
No existen la visa, ni el pasaporte. Cada persona puede viajar, estar y quedarse, en cualquier parte del mundo. Tampoco existe la moda. Cada mundoresviano se viste con lo que quiere. Cuando las personas no se gustan, se lo dicen. Cuando se gustan, se dejan llevar. En lugar de mediar con dinero, las cosas se obtienen por trueque. Los mundosresvianos no comprenden por qué habría que darle tanto valor a un papel. 
Hay varios dioses, todos imperfectos. A veces dan malos consejos, y son muy malos jugando al póker. 
- ¡Me dijiste que la llamara! 
- Es que pensé que te quería. 
- Pero, ¿no te diste cuenta que no me quería? 
- No. Me distraje horas mirando una flor. 
- No podrías ser un Dios en el mundo del derecho. 
- Bah. No te lo creas. El Dios al que le rezan los de allá hace cosas mucho peores.
El pueblo gobierna, y el Estado escucha. Cuando los mundoresvianos se drogan o emborrachan, empiezan a comportarse como los del mundo del derecho. Entonces mienten, exageran, faltan a los códigos, y comen cosas dietéticas. Se preocupan por el futuro, trabajan infinitas horas, y pasan más tiempo frente a la televisión que usando la imaginación. 
La sexualidad no está dividida por categorías en el mundo del revés. Ellos entienden que no es relevante. Cuando quieren insultar a alguien, enojados gritan: “¡Ojalá que no juegues nunca más como cuando eras chico! ¡Ojalá visites las montañas y no te gusten! ¡Ojalá tomes el café con edulcorante!”
Los bares están pintados con poesía. En las clases universitarias, los alumnos participan, y los docentes se desesperan por aprender de ellos. Los teatros están llenos y las cárceles vacías. El desamor no es una desgracia, es una experiencia. Los periódicos no tergiversan, informan. Ninguna persona es millonaria. Tampoco alguien muere de hambre. Hay muchas hamacas, y pocos vicios.
A veces los del mundo del derecho visitan a los del mundo del revés. Y cuando éstos cuentan cosas de su planeta, los mundoresvianos los miran sorprendidos y piensan “¡Qué raros! Quién podría vivir en un mundo así”… 


Todos somos espejos. Reflejos de otros. Somos lo que soltamos. Y lo que abrazamos desesperadamente. Somos lo que amamos y lo que alguna vez nos amó. Somos las cosas que elegimos olvidar. Ese secreto que no pudimos contarle a nadie. Somos marcas, ausencias, rechazos, aceptación, esperanza. Somos fuerza, debilidad. Cordura y heroísmo. Somos el silencio que enmudece a lo que duele. Y esa risa que libera las penas. Somos lo que padecemos. Y lo que nos apasiona. Somos lo que negamos, y lo que permitimos. Somos contradicción. Somos preguntas. Somos miedo. Todos somos máscaras.


En algún rincón de tu ser, siempre estás solo. Y a pesar de eso, en el camino te vas a encontrar con personas que mágicamente, van a restar de tu ser un poco de esa soledad innata y profunda. Doy por aprendido que llegan a nosotros sólo las personas que permitimos que lleguen. Abrí la puerta y dejá que pasen. Confiá. Una habitación de tu vida siempre va a ser sólo tuya. Las otras, créeme, son más lindas habitadas con los demás. 


¿Qué puede pasar si jugamos? 
Está el riesgo de perder
Pero… ¿qué puede pasar si perdemos? 
Nos puede invadir la tristeza
Y, ¿no es más triste no jugar? 


Tal vez los mejores caminos son los que no nos llevan al lugar que esperábamos. 


Lo que tienen los caminos es que son impredecibles. Y entonces sólo podés elegir el inicio de un camino, pero no con qué te vas a encontrar después. ¿Querés saber que hay después? Más camino, eso hay después



¿Leyeron el libro? ¿Cual es la frase que mas les gusto?



Saludos de tinta!!


1 comentario:

  1. Hola!! Que bonitas! Ni conocía el libro pero tiene pintas de ser un libro muy entrañable. Como siempre en este tipo de entradas ya me he enamorado de varias frases xDD

    Muchas gracias por compartirlas, me han gustado mucho:3

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