
Y Clara no puede dejar de pensar "me noto, sabe que existo"y mentalmente empieza a bailar el hula-hula. Hasta que siente la risa del chico y se da cuenta que no solo lo estaba bailando en su mente, sino que estaba moviendo las manos. Automáticamente se queda quieta y se pone roja como un tomate.
- Eso es lo que más me gusta de vos, tu espontaneidad y el rubor que nubla tu cara cuando alguien te mira - le comento él sonriendo.
Ella lo mira y no puede entender eso que dijo, eso quiere decir que él ya la ha notado, él ya la ha visto, y encima se dio cuenta de que se ruborizaba por todo.
- Me llamo Catriel, ¿vos? - le dice él, mirándola.
Ella se queda muda, asique Catriel es el nombre. Catriel, tan bello como él, es tan sofisticado ese nombre... y su voz, esa voz con la que tanto soñó es aún más melodiosa de lo que pudo haber imaginado. Él la mira insistentemente y ella se da cuenta que debe contestar.
- Cla... Cla... Clara - le dice poniéndose más roja de lo que nunca imagino poder llegar a estar.
- Clara - dice él -, que bello nombre.
Ella lo mira sin saber que decir. El mira por la ventanilla y le dice
- Lo siento Clara, pero se acerca mi parada y tengo que bajarme, espero encontrarte a la vuelta para poder conocerte más. Que tengas un buen día.
Y se levanta, ella se queda sin saber que hacer, lo ve bajarse del colectivo y cuando el colectivo arranca él la mira fijo y la saluda con la mano.
Podrá ser, realmente sucedió, él le hablo y la saludo... Y en ese momento se da cuenta de que hoy no puede dejar que su jefe la haga quedarse hasta más tarde, tiene que tomar el colectivo para volver a hablar con Catriel y quien sabe, capaz logra algo más que solo hablar.
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