Era un miércoles como cualquier otro, y Clara tenia que ir a trabajar. Suena el despertador y eran las 6am, la única forma de llegar a tiempo al trabajo. Se levanta pensando en que hoy su jefe seguramente la va a volver hacer quedarse hasta tarde para terminar las ultimas cosas porque es cierre de mes y eso la deja con que solo va a poder ver a ese chico que tanto le llama la atención en el colectivo de ida al trabajo. Lleva una semana sin poder verlo a la vuelta por culpa de su jefe. Empieza a desayunar y se da cuenta que si no se apura no llegara a tomar el micro en el que siempre viene ese joven. Se cambia y se arregla porque capaz hoy él se fije en ella y se acerca a hablarle. Se demora maquillándose por lo cual después tiene que correr para llegar a tiempo a la parada. Cuando esta doblando en la esquina ve que pasa el micro y empieza a correr mas rápido y haciendo señas para que el colectivero la espere. El micro la espera, y cuando se va a subir descubre que ese joven morocho de ojos penetrantes, fue el que le dijo al colectivero que esperara. Se ruboriza solo de pensar en la pinta que debe tener luego de su corrida. Se sienta avergonzada, esperando pasar desapercibida, pero entonces el chico se sienta al lado suyo, y ella no puede dejar de mirar sus Convers azules, porque no se atreve a subir la mirada y observar dentro de sus ojos; sin saber que el la esta mirando.
- Hace unos cuantos días que no te veo en el colectivo de vuelta - le dice él.Y Clara no puede dejar de pensar "me noto, sabe que existo"y mentalmente empieza a bailar el hula-hula. Hasta que siente la risa del chico y se da cuenta que no solo lo estaba bailando en su mente, sino que estaba moviendo las manos. Automáticamente se queda quieta y se pone roja como un tomate.
- Eso es lo que más me gusta de vos, tu espontaneidad y el rubor que nubla tu cara cuando alguien te mira - le comento él sonriendo.
Ella lo mira y no puede entender eso que dijo, eso quiere decir que él ya la ha notado, él ya la ha visto, y encima se dio cuenta de que se ruborizaba por todo.
- Me llamo Catriel, ¿vos? - le dice él, mirándola.
Ella se queda muda, asique Catriel es el nombre. Catriel, tan bello como él, es tan sofisticado ese nombre... y su voz, esa voz con la que tanto soñó es aún más melodiosa de lo que pudo haber imaginado. Él la mira insistentemente y ella se da cuenta que debe contestar.
- Cla... Cla... Clara - le dice poniéndose más roja de lo que nunca imagino poder llegar a estar.
- Clara - dice él -, que bello nombre.
Ella lo mira sin saber que decir. El mira por la ventanilla y le dice
- Lo siento Clara, pero se acerca mi parada y tengo que bajarme, espero encontrarte a la vuelta para poder conocerte más. Que tengas un buen día.
Y se levanta, ella se queda sin saber que hacer, lo ve bajarse del colectivo y cuando el colectivo arranca él la mira fijo y la saluda con la mano.
Podrá ser, realmente sucedió, él le hablo y la saludo... Y en ese momento se da cuenta de que hoy no puede dejar que su jefe la haga quedarse hasta más tarde, tiene que tomar el colectivo para volver a hablar con Catriel y quien sabe, capaz logra algo más que solo hablar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario