Hola, corazones! ¿Cómo están? Yo hoy les traigo algo un poco distinto. Resulta que este martes tuve la oportunidad de asistir a la visita que hizo el auto Horacio Alva a las Escuela Nº4, situada en Bahía Blanca.
Durante una hora y media, Horacio no se separó de los niños, empezó contestándoles distintas preguntas que los chicos de Segundo y Tercero le hicieron. Y yo pude ser participe y observar como los más pequeños, realizan gran cantidad de preguntas, además de diversas. Le preguntaron entre otras cosas por:
- ¿A qué jardín había ido?
- ¿El nombre de su padre?
- ¿Por qué firmaba sus libros como Horacio Alva?
Pero también le hicieron preguntas que me llamaron la atención por su importancia, aunque para ellos era una pregunta más, como es el caso de:
- ¿Cuál fue el libro que más le costo escribir?
- ¿De dónde saca las palabras para los libros?
- ¿Cómo le llega la INSPIRACIÓN?
- ¿Cómo publica?
Entre muchas otras. Horacio resultó dispuesto a contestar todos y cada una de las preguntas, sin menospreciar ninguna. Me dejó enseñanzas no solo en cuanto a la escritura sino que también de paciencia, tranquilidad y alegría. Siempre disfrutó al poder encontrarme con un autor, porque aprendo algo nuevo de cada uno de ellos. De este enorme autor, he aprendido que siempre debemos escribir porque es lo que sentimos, y no por el marketing, o por si vendemos.
Luego, les leyó a los niños dos de sus cuentos, y era mágico ver cómo estos lo escuchaban y se metían en la historia, que creo que es el fin último de cualquier escritor, lograr que sus lectores disfruten y sean parte de la historia.
Y para terminar la visita, firmó los libros de los niños y todas las maquetas que estos realizaron en honor a su visita; se sacó fotos y nunca pero nunca perdió la sonrisa.
Asique debo agradecer a la Escuela Nº4 que me permitió ingresar en sus instalaciones para ser parte de esta visita. Pero también quiero agradecer a Horacio por su simpleza, su tranquilidad y su enorme amor por la literatura. Un placer haberte conocido.
Les dejó la página web de Horacio Alva para que se animen a conocer un poco más de lo que escribe. Y que aunque parezcan cuentos para chicos, les puedo asegurar que yo con mis 21 años, me metí en ellos, me reí y me dejaron una enseñanza.
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