Esta es una sección en la que les voy a poner todas las citas que saco de algún libro en especifico. Tengo la manía de copiar todas las frases que me gustan, que me llegan que me hacen sentirme bien.
Esta semana decidí ponerles las citas de:
Se sentía como un libro llegando a sus
últimas páginas; no sabía si desear que terminase para averiguar cómo acababa,
o desear que no acabase nunca
Citas:
- ¿Cuáles son las reglas de esta batalla? – preguntó.
- En la guerra,
la única regla es no morirte – contestó alguien tras él.
Admitir que guardaba secretos no era lo mismo que revelarlos.
En vez de esconderme, siempre he preferido enfrentarme a lo que me
da miedo.
Si no puedes dejar de tener miedo… aprende a vivir feliz con miedo.
Pero confiar en alguien no es lo mismo que hacerle confidencias.
No se había dado cuenta de la soledad que sentía hasta el momento de
dudar de ella.
En algún momento de su búsqueda había olvidado que el mundo estaba
colmado de magia.
No existía en el mundo palabra alguna para medir el odio. Existían
un sinnúmero de unidades de medida: toneladas, metros, años; voltios, nudos,
vatios. Podía especificar cuánto calor hacía ese día. Podía detallar el ritmo
al que latía su corazón. Pero no tenía ninguna forma de expresar la cantidad
exacta de odio que despertaba en su interior la Academia Aglionby.
Para ello
habría necesitado una unidad de medida que expresara tanto el volumen como el
peso de su odio, además de un componente de tiempo que recordase todos los días
malgastados en el aprendizaje de una vida que no quería llevar. Ronan no creía
que existiera ninguna palabra capaz de contener todos aquellos conceptos.
“Todo”, quizá. Ronan sentía todo el odio hacia la Academia Aglionby.
Y aún
había quien lo llamaba “saqueador”… Era Aglionby la que robaba, la que saqueaba
la vida de Ronan como si fuera un sueño.
- ¡No sé, Adam! Me estás pidiendo que te defina un concepto
abstracto que nadie ha sido capaz de explicar desde el inicio de los tiempos.
Así, de repente – protestó Gansey. - ¿Por qué respiramos? ¿Es porque amamos el
aire? No: es porque no queremos asfixiarnos. ¿Por qué comemos? Porque no
queremos morir de inanición. ¿Cómo sé que la amo? Porque después de hablar con
ella, puedo dormir.
En el fondo, le aterraba pensar que tenía en sus manos el control de
su propia vida.
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